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PREMIO CAMINOS PARA SUITE HABANA

PREMIO CAMINOS PARA SUITE HABANA Como es ya tradición, el Premio Caminos -entregado este año a Suite Habana- distingue a la película que, con el imprescindible rigor y calidad artísticos, promueva la afirmación de la vida, potencie una cultura y espiritualidad de solidaridad, re-cree y reencante la historia desde la perspectiva de los excluidos, y estimule la participación ciudadana consciente y comprometida con la esperanza de un mundo donde quepan todos y todas.

Idania Trujillo La Habana

Producciones Caminos del Centro Dr. Martin Luther King, Jr. (CMMLK) otorgó el Premio Caminos al filme Suite Habana del realizador cubano Fernando Pérez en la ceremonia de entrega de los premios colaterales del XXV Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, realizada en el ya tradicional espacio del Hotel Nacional de Cuba.

Luego de una ardua faena, el jurado del Premio Caminos, integrado por el uruguayo Jorge Rufinelli, crítico y profesor de la Universidad de Stanford, California; el cineasta cubano Jorge Fuentes; el realizador de la Televisión Serrana, Rigoberto Jiménez; la escritora norteamericana Conner Gorry, y la productora peruana Naghim Vásquez, del CMMLK, se decidió a favor de la película cubana por «el hábil y fascinante manejo simultáneo del lenguaje de la ficción y el documental; por expresar de una manera humanista y compleja, llena de luces y contraluces, la cotidianidad anónima y popular; porque lleva al cine cubano a una dimensión inédita e inesperada de la expresión cinematográfica que renueva la frescura de la mirada después de más de cien años de cine; por las formas inteligentes con que sensibiliza al espectador sin manipularlo emocionalmente; y al contrario, provoca en el interior de cada espectador un profundo diálogo sobre la vida cotidiana en Cuba; por los magníficos recursos artísticos y técnicos, la fotografía, la banda sonora, la edición, la música con los que consigue narrar, a la vez, local y universalmente, la experiencia entrañable de vivir».

El jurado reconoció, también, la inusual cualidad humana del director Fernando Pérez, quien a lo largo de su trayectoria como realizador, ha demostrado que un gran cineasta tiene que ser, además, un gran humanista y un hombre de su tiempo.

Como es ya tradición, el Premio Caminos distingue a la película que, con el imprescindible rigor y calidad artísticos, promueva la afirmación de la vida, potencie una cultura y espiritualidad de solidaridad, re-cree y reencante la historia desde la perspectiva de los excluidos, y estimule la participación ciudadana consciente y comprometida con la esperanza de un mundo donde quepan todos y todas.

Al destacar las cualidades de Suite Habana, el prestigioso crítico uruguayo Jorge Rufinelli dijo que «si bien ahora hay mucho cine minimalista, que indaga en historias mínimas, como el título de la película de Carlos Sorín ―que obtuvo el Premio Caminos el pasado año en el XXIV Festival de La Habana―, en este caso, Fernando Pérez no se vale de la épica; escoge cuidadosamente historias pequeñas de la cotidianidad. En este sentido es una obra mayor por los riesgos estéticos que asume su realizador, es decir, esto que ha llamado tanto la atención: que los personajes no hablan; ¿es documental o es ficción? Por otra parte, el equipo de producción rompe todos esos esquemas y asume una opción y un riesgo. De ahí que el fallo del jurado quiso destacar el trabajo colectivo de Suite Habana que se propuso investigar directamente en la realidad para luego recrear artísticamente las historias».

«El Premio Caminos ―enfatizó Rufinelli― coloca el énfasis en el contenido humanista del filme premiado y no solamente en sus cualidades formales, de ahí que el jurado haya tenido en cuenta los valores espirituales, de mejoramiento humano de la sociedad. Recuerdo que en 1999 entregamos el Premio del CMMLK a Garage Olimpo, una película muy fuerte, muy dolorosa, que trataba sobre los vuelos de la muerte, una realidad en Argentina durante la dictadura; y el tema convocaba a la idea del «nunca más»; es decir, su mensaje humanista era: «vamos a mostrar este horror, no para espantar al espectador, sino para poner en el espíritu del ser humano que estas cosas no pueden volver a suceder en ninguna parte del mundo». El contenido espiritual, humanista de Suite Habana es diferente porque visita la cotidianidad, propone otra manera de ser espiritual, humanista, de estar preocupado por la sobrevivencia; los personajes de la cinta son gentes que trabajan y algunos tienen aficiones artísticas, placeres de vivir, dolores de vivir, pérdidas y ganancias; a fin de cuentas la vida está llena de esos matices y la cinta de Fernando Pérez capta esa complejidad sin atribuirle maldad o bondad a los personajes. El recurso de suprimir el diálogo vacía de estereotipos a los personajes y les da esa humanidad, esas luces y esas sombras de las que estamos poblados todos los seres humanos».

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